Dudas sobre el desahucio


En febrero, Mohamed Aziz tuvo que entregar su piso a la caja de ahorros que le concedió la hipoteca por no poder asumir los 600 euros de la cuota. Ahora vive de alquiler en una vivienda de protección del Ayuntamiento de Martorell, en Barcelona.

Su historia repite el drama de tantos ciudadanos desahuciados pero tiene la particularidad de que, por primera vez, el Tribunal de Justicia Europeo de Luxemburgo tendrá que pronunciarse si las cláusulas que imponen las entidades financieras españolas se ajustan a la normativa comunitaria. El abogado de Aziz, Dionisio Moreno, sostiene que son cláusulas "abusivas" e incumplen las leyes españolas. Las normas exigen un redactado claro y transparente para que el cliente entienda bien las condiciones y, por lo tanto, chocan contra la legislación europea del derecho al consumidor.

Moreno dice que es tanto el barullo de cifras y porcentajes que ni el director de la sucursal, que declaró en una vista en el juzgado mercantil número 3 de Barcelona, supo aclararlo ni dar detalles de qué expresaban las cláusulas. Por ello, el juez titular tramitó al Tribunal sus "dudas" al respecto, y que el 6 de octubre fueron admitidas a trámite. Por norma general, los magistrados tardan entre 1,5 y dos años en pronunciarse, por lo que Aziz tendrá que tener paciencia.

A Aziz, con 20 años de residencia, la caja le arrebató su piso tras cinco años de abonar la cuota. Pero se quedó en el paro -es soldador, una víctima de la burbuja inmobiliaria- y dejó de pagar con puntualidad. Tampoco pudo renegociar la deuda. Con el piso perdido, la entidad le reclama 182.000 euros entre cuotas, gastos e intereses y ha puesto la vivienda a subasta.

La ejecución del desahucio fue rápido, demasiado, a juicio del letrado, que reclama un cambio de legislación que conceda más tiempo para renegociar. Aunque el proceso judicial continúa, parece poco probable que Aziz recupere su vivienda. Pero abre la puerta a que "se paralicen otros desahucios o que las entidades se lo piensen a la hora de dar hipotecas", apunta Moreno.

"Yo he perdido el piso pero espero que al menos me devuelvan lo que he pagado", se queja este ciudadano, que asegura que confió en una entidad que con sus números le animó y aseguró "que podría pagar una hipoteca". Casado y con tres hijos -una viviendo en Marruecos y a la que mantiene desde Cataluña, Aziz vivió durante más de una década en alquiler pero sucumbió a lo que muchos piensan: "tener una propiedad es mejor y, además, creía que sería bueno dejarle algo a mis hijos". Su sueño se convirtió en una pesadilla. Ahora, busca trabajo pero la crisis en la construcción le han dejado en dique seco desde septiembre de 2009 y ha agotado la prestación por desempleo. Su familia malvive de la ayuda de los 426 euros que recibe.

"La caja sabía que Aziz no pagaría", se lamenta Moreno. Pero aún así le concedió la hipoteca, sin tener en cuenta su bajo salario, que no tenía arraigo social y no disponía de avales. "Las hipotecas son el gran negocio de la banca, aquí chupa todo el mundo, porque generan gastos enormes, por cargas, intereses, costes de cancelación, tasaciones y retasaciones", afirma este letrado.

Fuente: http://www.adn.es/
 
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