Setenta y siete soluciones de bajo coste para bajar las facturas de la luz y del gas


La Fundación Gas Natural Fenosa ha presentado este jueves 77 soluciones de bajo coste para mejorar la eficiencia energética de los hogares vulnerables. Con una reforma sencilla, compuesta por siete de estas medidas, un hogar madrileño puede reducir su consumo a un tercio y ahorrarse entre 300 y 650 euros anuales de la factura. La inversión para esta 'reforma express', que no necesita permisos de obra ni el consentimiento de vecinos, va de 5000 a 7000 euros.

Las medidas van desde la colocación de alfombras en suelos mal aislados a la instalación de persianas, pinturas aislantes, cambios de vidrios o aislamientos en los muros. Algunas, como la instalación de burletes o lamparillas led, cuestan menos de 100 euros por hogar. “Son soluciones sencillas, cuyos resultados se detectan de manera inmediata desde su instalación”, ha asegurado la arquitecta Margarita de Luxán, directora del estudio Rehabilitación express para hogares vulnerables. Soluciones de bajo coste.

Según el estudio, apenas un 10% de las viviendas en España cumplen con las exigencias del código técnico y solo el 50% cuenta con aislamiento. Martí Solá, director general de la Fundación Gas Natural Fenosa, ha explicado en una rueda de prensa que una reforma integral suele costar entre 20.000 y 30.000 euros por piso. Aunque se trata de la situación ideal, queda fuera del presupuesto de los hogares más vulnerables.

Por ello, la fundación intenta brindar alternativas más accesibles. “Con 5.000 euros pueden lograrse resultados importantes”, ha asegurado Solá. Comenzando por el aislamiento de muros, la medida con mayor impacto, que en una vivienda de 100 metros cuadrados cuesta unos mil euros. O el doble acristalamiento, con unos ochocientos euros de coste, que pueden elevarse hasta los 2600 si también se reemplazan las carpinterías. Siguiendo por la aplicación de pintura térmica exterior, o la colocación de toldos y cortinas.

El principal problema para realizar estas reformas es que incluso las soluciones más eficientes y mejor diseñadas son difíciles de costear para personas que ni siquiera llegan a fin de mes. En Madrid, alrededor de un 23% de la población se encuentra en situación de pobreza energética; es decir, gasta más de un 10% de sus ingresos en luz y gas, según el estudio. En la mayoría de los casos, esos hogares también se encuentran en una situación de pobreza monetaria, con unos ingresos un 60% por debajo de la mediana.

En este contexto, Solá ha resaltado la importancia de buscar la colaboración entre empresas, administraciones y ONG para firmar convenios que permitan implementar estas reformas. No solo para reducir los costes, como explica la arquitecta de Luxán, sino también para mejorar la calidad de vida del 48% de habitantes de la periferia de Madrid que ni siquiera pone la calefacción porque no le alcanza el dinero para pagar la factura.

 
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